Los retos del tricampeonato

El flamante bicampeón regresa a escena buscando la gloria que se ha negado a los pocos bienaventurados. En esta ocasión, hablamos del utópico “tricampeonato” en torneos cortos.

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El flamante bicampeón regresa a escena buscando la gloria que se ha negado a los pocos bienaventurados que se han atrevido a acercarse a ella. En esta ocasión, hablamos del —hasta ahora— utópico “tricampeonato” en torneos cortos.

Jardine firmó hasta 2027 porque llenar de trofeos las vitrinas seduce a todos. Sin embargo, en el camino del naciente semestre encontrará equipos hartos de que su América gane todo y jugarán a intensidades irreconocibles para complicarle cada fin de semana.

Por si fuera poco, en su propio equipo encontrará rasgos que deberá solventar si quiere ampliar la posibilidad de volver a levantar el título.

PELIGROSO CONFORMISMO

Para nadie es un secreto que el futbolista mexicano es el rey de los conformistas. Si en ocasiones un título es suficiente para “tirarse a la hamaca”, ser bicampeón podría incrementar el efecto de manera importante.

Al fin que “si ya ganamos dos veces”, ¿qué reto tiene esta liga cuando queda nada por demostrar?

Además, con varios renovados por mucho tiempo y ganando salarios significativos, ¿qué necesidad de seguir esforzándose cuando se tiene “todo”?

Toca apegarse al ADN Azulcrema que repudia jugadores apáticos sin hambre de gloria.

CARÁCTER BAJO LA LUPA

Las Águilas perdieron a Julián Quiñones y Jonathan “Cabecita” Rodríguez en el mismo semestre. El problema mayúsculo que enfrentará Jardine será el de reponer la cuota extra de carácter que inyectaban este par de atacantes.

Basta recordar que a Diego Valdés le fue imposible ganar “solo”, y fue hasta la llegada del ahora extinto Panterismo que logró levantar el título.

Si bien es cierto que quedan jugadores de buen pie, es el carácter el que ayuda a revertir situaciones complicadas. Nadie que no simpatice con los de Coapa quiere que América sea el primer tricampeón de la historia en torneos cortos, y mucho carácter, del que ahora se adolece, se necesitará para resistir los embates.

MÁS CHAMPAGNE QUE PULQUE

Jardine debe recuperar la mejor versión de sus pupilos que siempre se está más cerca de ganar cuando se trata bien la pelota.

El bicampeonato se consiguió en medio de un mar de dudas hasta el final.

El equipo dejó de funcionar tras el juego contra Toluca, y si bien se puede señalar a la Concachampions como “distractor”, la realidad es que el “fútbol champagne” que alguna vez deleitó a propios y extraños, dio paso al “fútbol pulque”, o sea, igual de efectivo y embriagante, pero a veces desesperante y poco agraciado.

Se salieron con la suya una vez. Dos veces sería demasiado premio, aunque el fútbol premia al triunfo sin distinguir la manera de conseguirlo. De todos modos, es poco recomendable jugar con fuego.

SIN CASA PUEDE QUE NO HAYA PARAÍSO

Jugar en el Estadio de la Ciudad de los Deportes no es desconocido para el América como institución, pero sí para esta generación de jugadores que tuvieron siempre al Estadio Azteca como aliado invaluable.

Los trofeos Azulcremas están estrechamente ligados al Coloso de Santa Úrsula, esa sucursal del infierno en donde se han escrito cientos de gloriosas páginas doradas que enorgullecen a la parcialidad americanista.

Perder la casa por dos años será la principal baja que tenga las Águilas. Si bien se juega “de local” en todo el territorio mexicano, ningún estadio tiene el estruendo del Azteca cuando se trata de intimidar al rival.

Jardine y el plantel deberán aprender a sobrevivir fuera de casa y en techo ajeno, pues por mucho que uno se hospede en el mejor hotel, no hay sitio como la casa de uno.

¿ENTONCES SE PUEDE O NO SE PUEDE?

El fútbol es impredecible y en México el doble de impredecible.

La clave del balompié Azteca es sobrevivir la media docena de partidos de liguilla en la cual, el América volverá a estar.

El rasgo más importante es volver a ser líder, misión que pinta titánica dados los factores expuestos.

Ser líder implica que te tienen que ganar en el global cerrando en casa, que aunque sea ajena, el Americanismo hará su parte para que se sienta lo más cálida posible.

Por lo demás, se depende del humor y las ganas de seguir levantando trofeos por parte de los muchachos.

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