No te pierdas más reciente capitulazo del NidoPodcast, el show semanal para Americanistas Exigentes.
La historia de enfrentamientos entre América y Tijuana es corta, pero ya nos ha dado algunas muy buenas Tardes Mágicas al Americanismo.
Hoy vamos a recordar un encuentro determinante para la obtención de un título que no ganamos por décadas: la Copa.
Nuestras Águilas llegaban a las semifinales coperas del Clausura 2019, con 45 años sin alzar el segundo trofeo en importancia de la liga local, y al ser el máximo ganador de títulos oficiales en México, ya era tiempo de obtener esa corona.
En los cuartos de final superamos al odiado rival tapatío y para las semifinales nos enfrentamos al rival contra el que comenzaremos este sábado la defensa de nuestro título del Apertura 2023: los Xolos de Tijuana.
Llegamos a este juego como favoritos claramente, además había cuentas pendientes con los perros en la Copa, donde en alguna ocasión ellos nos eliminaron en aquel encuentro recordado por la expulsión de Pablito Aguilar por apenas tocar al silbante Fernando Hernández al final del juego en el 2017.
Desde el principio, al minuto tres, el encuentro se pintó de amarillo. Tiro libre cobrado por el canterano de 19 años Guadalupe Clemente, que aprovechó la mala ubicación del arquero Lajud y una inexistente barrera, para abrir el marcador.
Al minuto 40, llegó una de las pocas, pero muy pocas apariciones de Nicolás Benedetti, con una gran jugada en el área, rompiéndole la cintura al Topo Valenzuela y una definición de esas que hacía Benedetti… cuando quería.
Cerca del final, apareció Henry Martín cobrando un penal como maestro a 6 minutos del silbatazo, y la misma “Bomba”, en el suelo, tras ser tacleado en el área, no se esperó que le marcaran penal y ahí mismo, derribado, la mandó guardar para el 4-0.
Nuestro equipo llegaba a la gran final, donde pudo enfrentarse a los Pumas de la UNAM… pero los Bravos de Juárez de Gabriel Caballero dijeron otra cosa, y en la frontera, nos fuimos a coronar por séptima ocasión en el Torneo de Copa, para convertirnos, en ese momento, simultáneamente en campeón actual de los dos trofeos más importantes a nivel local.
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