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América ha tenido grandes capítulos en la historia ante los Rayados del Monterrey, como el título de Copa en 1964, el primer gol del Negro Santos, también su último doblete, los últimos goles oficiales en la vida de Chucho Benítez y el “hat-trick” del “Doctor” García, último de los torneos largos para nuestro equipo.
Hoy recordaremos un momento mágico en la historia de uno de los grandes jugadores mexicanos y el mejor “7” que vistió nuestros colores.
Se jugaba la fecha 33 del campeonato de liga 86-87, se caminaba de manera tranquila rumbo a otra liguilla, y el rival sería el entonces campeón defensor regio, que peleaba con los Tecos por el liderato del grupo 1, el sector más débil de la temporada.
Pasaba el primer tiempo y los nuestros, dirigidos por el Zurdo López, sufrían mucho para romper el aparato defensivo del entrenador Paco Avilán.
Tuvieron que transcurrir 38 minutos, Juan Antonio Luna mandó el balón a la derecha, donde Adrián Camacho avanzó con el esférico, y metió el trazo al área, donde apareció la genialidad de Gonzalo Farfán Infante, que dejó pasar el balón entre las piernas y como billarista la toca de taquito, para dejarla fuera del alcance de Muciño.
Una de las grandes anotaciones en la historia del América, parte de esas grandes historias de la década emblemática del americanismo, inmortalizada, además, por la narración del enorme Gerardo Peña: “AQUÍ VIENE ADRIÁN PARA METER SERVICIO SOBRE LA MARCHA, REMATE ¡GOOOOL, FARFÁN EN UN ENOOOORME GOOOOL!”.
La Pandilla insistió durante toda la segunda mitad, pero no pudieron vencer al portero que, en esa campaña, tomó la titularidad, y fue gran protagonista del club durante 10 campañas: Adrián Chávez. Gran heredero del legado del guardameta americanista más grande de todos: Héctor Miguel Zelada.
Quizá no fue un encuentro muy espectacular como solían ser los de domingo al mediodía, pero el recuerdo de la joya de Farfán, está guardado en el corazón de millones de americanistas.
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