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Los enfrentamientos entre América y Necaxa nos han dado grandes capítulos en la historia azulcrema, desde aquel inolvidable título de liga del 2002, los vibrantes 4-4 de los 90, o aquella vez en la que mandamos a segunda división al rayo en el 2009.
Pero en esta ocasión, recordaremos un capítulo de esta rivalidad que ocurrió hace 30, ¡sí, caray! … ¡Hace 30 años!
En la campaña 93-94, tuvimos una “temporada regular muy irregular”, pero increíblemente la primera mitad del campeonato alcanzamos una cifra de ocho triunfos consecutivos, en ese entonces, récord para nuestra franquicia, después tuvimos una segunda vuelta fatal y apenas logramos el boleto al repechaje, con un miserable empate en la última fecha ante unos Correcaminos que incluso ante nosotros, debutaron al rector de la Universidad de Tamaulipas (historia para otro momento).
Nos tocaría jugar por el pase a los cuartos de final ante un rival complicado, el hermano menor que se nos indigestó en la primera mitad de esa década con una buena base de jugadores como Peláez, Bassay, García Aspe, Navarro, Ambriz y Aguinaga, entre otros.
En el primer partido, Germán Martelotto y Cesilio de los Santos le dieron una gran ventaja al equipo del Zurdo López, era la gran oportunidad para bajarle los humos al hermanito, que en los últimos años se había mostrado respondón, incluso, con una escandalosa goliza de 5-1 un par de temporadas atrás.
Era momento de recordarles quién era el mandón en la familia, y en el juego de vuelta, liquidamos de inmediato, con un primer tiempo espectacular de Zague, marcando un doblete, con dos grandes incursiones por la banda izquierda, propiedad eterna del Hijo del Lobo Solitario.
Cuatro a cero global, con 45 minutos por jugar, la serie ya liquidada, incluso hubo tiempo de una reacción necaxista, que finalmente consiguió empatar el partido, pero el global de 4-2 nos dio el pase a otra serie que se disputaría en su totalidad en el Azteca, ante el Cruz Azul, a quien también echamos de la competencia, para después caer de forma dolorosa en semifinales ante los Tecos (lo que hubiera sido con Ruggeri en la cancha, maldita sea), en esta última temporada de extraordinarios artífices del último bicampeonato que hemos obtenido: El Negro Santos, Gonzalo Farfán y Cesilio (aunque éste último, de manera insólita, volvería seis años después para jugar la pre-libertadores).
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