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Los aficionados americanistas que asistieron al partido contra León de la fecha 18 de la temporada 92-93 en el Nou Camp, sin saberlo, fueron testigos de un acontecimiento histórico.
Tras un paso miserable, el técnico Paulo Roberto Falcao fue cesado tras la fecha 16, al ser goleado de manera escandalosa en Pachuca, pero el estratega brasileño ya había subido al primer equipo a un habilidoso jorobadito surgido del nido azulcrema, y que era parte de un grupo de buenos amigos de la cantera, como Germán Villa, Edson Astivia e Isaac Terrazas, que no tenían el talento de dicho joven, pero que habían debutado antes que él.
Pero no sería hasta después del cese de Falcao, que este novato de nombre Cuauhtémoc Blanco Bravo, tendría sus primeros minutos en la primera división, ya con el Zurdo López dirigiéndonos por segunda ocasión.
Y eso fue ante los Esmeraldas, en ese momento, los campeones de la liga, en un encuentro complicado para nuestras Águilas, que tras regresar del descanso, se vieron abajo en el marcador luego de un penal cometido por Enrique Rodón sobre Castañeda. El brasileño Tita cobró perfecto venciendo al Gallo García al minuto 57.
El Zurdo buscaba variantes frescas para conseguir la igualada, y siete minutos después hizo ingresar a Cuauhtémoc.
Dos minutos después de su ingreso, Blanco fue testigo cercano, de un gran gol de tiro libre de Hugo Sánchez Márquez. Es como si hubiera bastado el ingreso del Cuauh, para que el equipo entero, incluso un jugador de la categoría de Hugol, fuera contagiado por la magia del tepiteño.
Magia que nos regalaría durante gran parte de su carrera, convirtiéndose en un gran ídolo del Americanismo.
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