Pachuca vs América: Seguimos sin tener claro a qué jugamos

La estadística dice que Pachuca solo tiró una vez hacia el marco, misma que fue al inicio del juego y que Moisés contuvo sin problemas. El resto, siempre atento por si en algún momento se le requería.

A la ofensiva no aporta nada mas allá de servicios lamentables. En defensa, lo normal, a veces superado y en otras a tiempo. Mereció el cartón rojo tras la dura entrada a un jugador de Tuzos en la segunda parte. Este se perdió desde la salida del Piojo. Hace 2 años.

Convertido en un titular indiscutible por ahora. Su altura, fortaleza y velocidad le permiten ser un defensor fiable, que está ahí para interceptar balones y ofrecer seguridad atrás.

Sale como el jefe del sector defensivo y no desentona. Orienta a Pimentel y Ventura para cerrar los espacios en la última zona durante el primer tiempo. En la segunda mitad se coordina únicamente con Ventura y Samudio para ayudar a mantener invicto el marco.

Solo jugó medio tiempo más por la necesidad de ajustar en el medio que por haberlo hecho mal. Erik generalmente cumple y esta ocasión no fue la excepción.

Correcta la reaparición del paraguayo. Atrás es una garantía. Es difícil superarlo en velocidad y tampoco es fácilmente desplazable en un cuerpo a cuerpo. La inactividad de las últimas semanas lo mermó en lo físico pero será clave cuando esté recuperado completamente.

Sobre él se depositaron las esperanzas como enlace entre líneas pero una situación desafortunada le obliga a salir del campo muy temprano.

Enjundioso y dinámico pero le falta presencia en el terreno de juego. Es normal, es un chico que recién comienza y que tampoco tiene tanta continuidad. Ojalá aproveche siempre que reciba minutos que un nuevo Diego Reyes no nos caería nada mal.

Se gana la calificación por un tema de actitud. Cuando Matosas decide retrasarlo, el catorce se dedica como pocos a la labor de sacrificio y lo hace bien. Tiene más recuperación que otros elementos de corte defensivo como pueden ser Guerrero o incluso el mismo Martínez. Si bien no generó mucho hacia el frente, fue fundamental para recuperar el medio en la segunda parte.

Dice Matosas que hay que tenerle paciencia. Sí, pero no por eso se puede dejar de señalar que hoy en día Darwin coquetea con la línea que divide a los malos de las calamidades. Todo balón suyo termina en la tribuna. Lo curioso es que al inicio de la temporada no era así. Empezó con asistencias, con algún gol y bastante desequilibrio por el sector derecho. Lo dije antes y lo repito: desde la expulsión ante Morelia, el Científico ha perdido todas las fórmulas. Paciencia, sí, pero no mucha. El torneo pronto entrará en su recta final y necesitamos soluciones, no nombres.

Empieza a ser normal su mal accionar. Parece estar peleado con el balón. No le sale una sola y si a ello se le suma que le generan pocas oportunidades francas para rematar a gol, menos le ayudan. Por lucha y esfuerzo nunca queda, pero es Oribe, el que hasta hace un año era el delantero estelar del país.

Las circunstancias del juego le ofrecen más minutos que los que seguramente esperaba. Sin embargo, tampoco representa solución. La gambeta no termina por ser desequilibrante. Los disparos siempre se van desviados y en la jugada más clara del partido, la agarra mal cuando parecía limpia para reventar el marco.

Interesantes los movimientos el juvenil 227. Se ubica como volante por derecha y busca ofrecer profundidad por derecha. Tiene éxito moderado. Más bien, le ocurre lo que a Vázquez: falta de presencia. Tiene que creérsela y “faltar el respeto” a los de “primer división” siendo irreverente, descarado y olvidarse de la diplomacia con los veteranos.

Toma el lugar de Samudio por izquierda. No participa en alguna acción relevante mas allá de recibir el balón alguna vez y tocar para Arroyo o Sambueza.