No te pierdas más reciente capitulazo del NidoPodcast, el show semanal para Americanistas Exigentes.
Un producto genérico se caracteriza por no tener una identidad definida y cuya función es ofrecer al consumidor un producto a un precio más asequible; básicamente un producto genérico cumple con su función sin pretender ir más allá, aparentemente el club América ha llegado a esa categoría.
La exhibición del cuadro Azulcrema contra Atlas despertó críticas por su funcionamiento en cancha, pero también por su actuar fuera de ella; para comenzar, este partido no debió disputarse en el Estadio Azteca, sino que tenía que celebrarse en el Estadio Jalisco, pero ante la incompetencia de los dueños no se pudo presentar una cancha en óptimas condiciones para celebrar un partido de fútbol profesional.
En lugar de castigar al cuadro Rojinegro por su ineptitud u obligarlos a buscar una alternativa como otra sede para la celebración del partido, la directiva de América y la Liga MX decidieron que lo mejor era celebrar el encuentro en el Estadio Azteca y que las Águilas fungieran como local.
El comunicado que mandó la Liga el día 19 de agosto hace énfasis en la buena voluntad de las directivas, pero inevitablemente viene a mi mente la pérdida del partido por alineación indebida por el caso de Federico Viñas, un jugador que no tuvo ninguna injerencia en el partido, pero según el reglamento y con reclamo de Atlas, el partido que fue una victoria para las Águilas se convirtió en una derrota 3-0 vía escritorio.
¿Acaso América no tiene derecho de proteger sus intereses ante cualquier situación?
¿Por qué América actúa de buena voluntad ante una falla de alguien más?
Lamentablemente, los directivos velan antes por sus intereses sin pensar en el aficionado, que de último momento le ofrecieron ir al estadio en un horario muy pesado como las 9 de la noche el día domingo, más allá de la asistencia, el público consumió un partido monótono, sin muchas emociones y aburrido en varios momentos, terminando con un empate que deja un sabor amargo.
El club América está obligado a ser propositivo porque posee el plantel y está frente a su gente, es el equipo más ganador del futbol mexicano y, por tanto, debe actuar conforme a su jerarquía; debe hacerse respetar dentro y fuera de la cancha de fútbol, en consecuencia, no puede ceder ante la ineptitud de otros actores.
Finalmente, vivimos una época en el cual el club América ya no es reconocido como un producto de alta calidad, que despierte una motivación para verlo cada fin de semana, ahora es un producto genérico, lejos de la exigencia que le conocemos y que participa en una liga que devalúa constantemente sus productos, ejemplo Leagues Cup y el asunto de la cancha del Estadio Jalisco, lamentablemente esta devaluación genera una frustración al aficionado americanista que ante los constantes fallos del producto se aleja poco a poco de la cancha.