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Fiel a su costumbre de tiempos recientes, el América se presentó a un partido de vida o muerte con su clásica carencia de calidad y personalidad. Pachuca aprovechó la situación y nos reventó con tripleta de goles que hasta baratos salieron.
Cada que termina de forma abrupta el torneo, surgen voces por doquier buscando la causa, motivo, razón o circunstancia (saludos al profe Jirafales) que aclare el por qué terminamos pulverizados en liguilla. En lo personal, pienso que son diversos factores los que se conjugan para tener este resultado.
Hablando a nivel jugadores, es clarísimo. Viñas y Diego tuvieron en sus botines las oportunidades para cambiar el desarrollo de esta obra. Sus fallas mantuvieron a Pachuca en su guión y a diferencia nuestra, ellos tienen tremendos jugadores de pegada durísima. América es un equipo que si esto fuera box, entonces diría que no tiene golpes de poder. Pero cuando recibe alguno, queda sacudido de forma mortal. Reto a cualquiera a negarme que tras el 1-0 en la vuelta ya sabíamos que levantarse sería tarea imposible. Una cosa es lo que quiera el corazón y otra cosa es la realidad, clara y objetiva.
Hablando a nivel entrenador, es clarísimo. Fernando “Tano” Ortiz dista de tener la experiencia para dirigir al barril de pólvora que es el banquillo Azulcrema. Sus apapachos sirvieron para nada a la hora de intercambiar fuego con el enemigo. Se casó con el 4-2-3-1 contra viento y marea. Las variantes quedaron en el olvido. Los cambios son todos hombre por hombre. Pero más grave: Guillermo Almada se lo comió enterito. La presión asfixiante de Pachuca en todas las zonas de la cancha maniataron al conjunto azulcrema. Imagínate una anaconda envolviendo a su presa hasta quitarle la energía. Ortiz no hizo ni el intento de zafarse. Se entregó al sueño y fue devorado.
Hablando a nivel directiva, es clarísimo. Hagamos memoria: Bruno Valdez, Richard Sánchez, Roger Martínez y Federico Viñas. Los cuatro estaban borrados por Santiago Solari. Se hablaba de injusticia, que eran los que tenían que estar y el tiempo no hizo más que darle la razón. Estos cuatro volvieron tan pronto echaron al argentino y mientras estuvo la racha de resurrección, el mundo fue miel sobre hojuelas.
Entonces llegó la liguilla y ¡oh sorpresa!, estos mismos personajes volvieron a ser vapuleados al igual que la vuelta contra UNAM. Otro 3-0 sin meter las manos. Solari no era perfecto, pero está clarísimo que el problema de mayor gravedad que tiene a este equipo sumando años sin títulos, es que la calidad está en otros equipos. Aquí es limitada y sin calidad es imposible ganar trofeos.
Hablando a nivel dueño, ¿qué podemos decir que no se haya dicho ya? Emilio dice amar a su equipo, pero a ojos de nosotros como fans, no se ve que le “eche ganas” y para mala suerte nuestra, cuando se haga el recuento del torneo, verán que fue fantástico porque se tuvo progreso. De Cuartos, pasamos a Semifinales. Tristemente, en las empresas no importan las formas sino los números, y si ese es el argumento principal, será complicadísimo que cambie algo.
Los culpables son todos en mayor o menor medida. Señalar a cualquier jugador es seguir siendo necio. El mal del América es estructural. Ya estamos grandes para simplificar las cosas a “perdimos por culpa de fulanito”. El mundo es complejo y eso incluye a los equipos de fútbol.
Resta agradecerte a ti, querido/a lector/a por acompañarnos en este torneo. Estar en compañía de gente azulcrema siempre hará más llevaderos estos momentos. Estoy seguro que cuando comience el siguiente torneo estaremos con bríos renovados y listos para ir por el título. Ofrezco una disculpa por no publicar calificaciones. El procedimiento habitual cuando quedamos eliminados, es usar el espacio para que todo mundo se desahogue. Además, poner rankings individuales puede hacer pensar que el problema fueron uno o dos jugadores cuando el mal del América es estructural. Se requiere un dueño que ponga una directiva capaz. Que la directiva contrate buenos jugadores y un entrenador que aproveche el potencial que tiene.
Por el momento, toca procesar esta paliza y esperar noticias de nuestro amado Club América. Ojalá entre esas novedades tengamos la alegría que Bruno, Henry, Viñas y Roger seguirán sus vidas en otro lado.
Ajo y agua, Azulcremas.
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