América vs Santos: Sambueza y Arroyo salvaron la tarde

No hubo necesidad de ensuciar el uniforme pero si de estar atento para interceptar un par de balones dentro del área que pudieron haber puesto en peligro el marco.

Muy voluntarioso. Prácticamente se la vive en terreno enemigo pero todavía no consigue marcar diferencias con un centro preciso o alguna jugada que termine con un disparo suyo al marco. Atrás no pasó problemas.

El reencuentro con sus excompañeros de Lanús, el “Pulpo” González e Izquierdoz parecen motivarle. Si ya venía bien, ahora se vió mejor. Más suelto, como en sus mejores momentos con el Granate.

Discreto. Quizá la costumbre de verle siempre rondando el área rival o salir con balón dominado hace que se note menos. Al fondo cumplió bien en la marca pero no fue el Pablito protagonista que conocemos y tanto nos agrada.

Sus llegadas no son tan constantes como las de Paul, pero el paraguayo es de armas tomar. Estuvo a nada de hacer un portento de gol en la primera mitad con aquel fuerte disparo de zurda que exigió lo mejor de Marchesin para mantener su portería en cero. Domina la banda izquierda de forma excepcional.

No se esperaba verle en el cuadro titular, pero mejoró con respecto a lo que venía mostrando. Especialmente en la segunda parte en la que un par de barridas a tiempo de su parte impidieron a la gente de Santos seguir ganando metros con balón dominado. Del resto, ofrece poco.

Cuando crees que al fin se volvió un jugador medianamente confiable, la vuelve a hacer. Regresa el Martínez de las imprecisiones y de la discreción. Probó al marco alguna vez pero se fue sobre el marco y aquel contragolpe desperdiciado que ya comenté fueron sus acciones “más importantes”. La formación de Santos se prestaba para que luciera sus buenas formas para tocar el balón, pero no quiso tomar reponsabilidad.

Se perdió durante gran parte del encuentro. Así es él, un jugador que toma el balón por lapsos de dos o tres minutos en los que por la vía de la fortaleza intenta abrirse camino, luego descansa un buen trecho hasta que las circunstancias le permitan intentarlo de nuevo. Es desesperante que un jugador con sus condiciones físicas-atléticas no tenga la capacidad de decidir mejor en el último tercio del campo. Afortunadamente, Sambueza estuvo de su lado para colocarle medio gol y salvar la tarde.

Recién comentaba las virtudes de Sambueza en este otro post. El catorce es el alma del equipo a la ofensiva. Cuando él está bien, no importa quienes jueguen a su alrededor, Sambu sabrá como inventarse algo y generar al menos una de gol. Saltó como capitán y honró el distintivo con un gran partido, ubicándose por toda la cancha y no rehuyendo a la responsabilidad de mover los hilos hacia el frente.

De cara al marco, mucho mejor. El arquero de Santos le quitó el gol en dos ocasiones: el remate de cabeza en el primer tiempo y un disparo dentro del área en el segundo tiempo. También colocó un gran servicio a Oribe. Sigue quedando a deber en temas de conducción de balón pero parece estar en el camino que lo llevará a su mejor nivel. Los abucheos, innecesarios.

Este sí ha perdido la brújula. Me pregunto si será momento de dejar de exigirle como estrella para pasar a “lo que pueda aportar es positivo” como si ya fuera el nuevo “Canguro” Rey. Anda en bajo nivel pero ya no es novedad. Para ser una mala racha, se ha prolongado en exceso.

Se coloca como lateral derecho para darle libertad absoluta a Paul en la recta final. Interviene algún corte o despeje para solventar cualquier situación de peligro.