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En América se dieron cuenta de que jugar a los “exportadores” resultó un fiasco.
No se sabía en aquel entonces, pero el América comenzó una (mini) época en la que quisieron reinventarse de maneras que no corresponden a un club comprador por naturaleza y que, en el camino, frustraron a medio mundo.
Ese período fue breve, pero pareció interminable para la afición. Comenzó con el fichaje de un jovencísimo Federico Viñas: un uruguayo desconocido de un equipo igual de desconocido.
Más tarde, llegaron el paraguayo Richard Sánchez con gran proyección europea tras gran Copa América y otro ilustre juvenil desconocido de Uruguay que respondía al nombre de Sebastián Cáceres.
El aparente acierto con Viñas, quien maravilló a propios y extraños con su torneo debut, hizo pensar al Club América que un nuevo modelo de compra-venta de jugadores no era tan descabellado y que, después de todo, no había nada que envidiar a los sudamericanos que son expertos en dicho modus operandi.
Es decir, “quitémosles algunas joyas a los sudamericanos para ser nosotros quienes las vendan a Europa a precios estratosféricos”. En retrospectiva, se aplicó aquella de “querer vender chiles a Herdez”. Lo que llegó a Coapa no fueron diamantes, fueron un par de cuarzos y un topacio, como mucho. Aunque eso, se descubrió después…
El problema fue que los años pasaron y ninguno de los tres mosqueteros alcanzó el nivel que se suponía iban a tener. Viñas vivió lesionado, fuera de forma y con pocos minutos. Richard Sánchez juega según el entrenador en cuestión (y van dos a los que dice no entender), y Cáceres siempre fue como jugar a la ruleta rusa.
Para agravar la situación, América se ha mantenido en sequía desde 2018.
Dicen por ahí que “los jóvenes ganan partidos, los viejos campeonatos”.
En el año 2023 la situación es distinta, o al menos, esa sensación queda en el aire.
El plantel Azulcrema es el más poderoso del país, especialmente al ataque, donde se han hecho fichajes de primer nivel para el mercado mexicano.
Tipos como Jonathan Rodríguez, Diego Valdés, Alejandro Zendejas empezaron a dar forma a la nueva generación de atacantes americanistas. Todos en edad “prime”, es decir, con mucho fútbol, pero “viejos” para Europa.
A la lista se sumaron Brian Rodríguez y la segunda etapa de Leo Suárez, quien ha vuelto con mayor madurez tras su paso por Santos Laguna.
Y por si fuera poco, se incrementó la potencia de fuego con el atacante más en forma del último año y objeto de deseo de muchos con Julián Quiñones.
En el apartado de mexicanos, se ha buscado traer juveniles con prospección importante para el futuro inmediato como han sido Salvador e Israel Reyes junto a Kevin Álvarez. Si las Fuerzas Básicas siguen sin producir talento promisorio, la cartera también está abierta para los jugadores nacionales.
El América parece haber recobrado la memoria futbolística en contrataciones.
Nunca deben olvidar que en Coapa se está en el negocio de ganar títulos, no en el de vender jugadores.
Especialmente porque con nuevos trofeos en la vitrina, el mercado vendrá por ellos sin esfuerzo.
Al final que… ¿Quién no desea jugadores campeones en sus filas?