No te pierdas más reciente capitulazo del NidoPodcast, el show semanal para Americanistas Exigentes.
Las Águilas del América consumaron uno de sus peores ridículos en la historia tras ser vapuleados en casa por marcador de 1-3 a manos del acérrimo rival.
Dicen que el que avisa no es traidor.
Nos cansamos de señalar que el América llegaría tan lejos como su ataque quisiera. Al final, solo unos ilusos y soñadores como los Americanistas creímos que podíamos levantar el título sin defensores, sin banca, y sin entrenador.
El fútbol nos ha dado una pastilla de Ubicatex. Para ganar un título, se necesita más que tener un ataque poderoso. Los que saben, dicen que los equipos “se arman de atrás hacia delante” y quedó demostrado: América no defiende ni en defensa propia. Es un equipo terriblemente armado y las consecuencias acaban de pagarse con un precio alto.
Cuan largo fue el torneo, se dijo en todas las notas de calificaciones y todos los episodios de podcast, que Israel Reyes no es central, que lo hacían trizas con frecuencia, y que si no se notaba, era porque el ataque Azulcrema estaba exquisito y dejaba en el olvido cualquier “detalle menor” en defensa.
También se dijo que el Tano Ortiz era un tipo que se sacó la lotería. Puede ser buena gente, profesional, llegar a las tres de la mañana a Coapa, pero cuando se le necesitó para cerrar los partidos, siempre brilló por su ausencia y aburrió a todos con sus predecibles cambios de hombre por hombre.
Tras la estúpida expulsión de Fidalgo (mejor conocida como El Regreso XIII del Autosabotaje ®), el Tano quedó pasmado. ¿Atacar? ¿Defender? ¿Amontonar gente? Mil preguntas cuya respuesta fue: “saquemos a todos los atacantes y metamos jugadores que han jugado minutitos para que hagan lo que peor que sabe hacer mi equipo: defender”.
Fue patético que América buscara un gol desesperado con Lara, Reyes y ¡Roger!
Es imposible que el entrenador del América sea un tipo tan limitado.
¿Tan difícil era crear dos bloques? Cinco defensores y cuatro mediocampistas para hacer complicado el tránsito rojiblanco.
Al final, fue patético que ni siquiera tuvieran “la última”. América se murió desde la expulsión de Fidalgo. Era cuestión de tiempo.
El fútbol es un estado de ánimo, y mientras los cerdos rojiblancos parecían aviones, los nuestros no encontraban trinchera para esconderse de los morteros.
Hace falta muchísima sangre en el Club América desde hace años.
En alguna NidoCharla lo platicamos: ¿cuál es el valor agregado de Ortiz como entrenador?
¿Qué trae a la mesa que otro técnico no pudiera?
Al final, la formación que usó todo el torneo es la obvia. La presencia de Valdés obliga a jugar con un “diez” detrás del delantero. Con la sobrepoblación de volantes, evidentemente tiene que jugar con cuatro alrededor de Diego. En punta solo hubo una opción: Henry.
Entonces, si el armado del equipo está para 4-2-3-1 y eso lo puede saber hasta un humilde aficionado, repetimos: ¿cuál es el valor agregado de Fernando Ortiz?
¿Debuta jóvenes? No.
¿Hace mejores a sus jugadores? No.
¿Mejora el equipo cuando hace modificaciones? No.
Entonces, ¿cuál es el valor agregado de Fernando Ortiz?
Ninguno.
[ACTUALIZACIÓN: Mientras se escribía este texto, resulta que Fernando Ortiz ya renunció.]
Desde ya, doy un voto a André Jardine de San Luis, que desde cuartos de final había dado una lección a Ortiz. Basta de estar siempre con entrenadores argentinos. Probemos con un brasileño a ver qué tal sale.
Como sabemos que Baños no se irá bajo el pretexto de que el próximo torneo comienza en Junio 30 (por el cuento de la Leagues Cup), más vale que se despida de Ortiz y empiece a buscar un sustituto.
En cuanto al plantel, queda poco por decir, pero en realidad, son los mayores culpables. Es cierto que el Tano tiene su cuota de 30% de culpa porque su valor agregado es nulo, pero los jugadores, la materia prima, los que cobran millones, los que se hacen cortes de cabello cada segundo día, son el 70% del éxito o fracaso de lo que sucede en cancha.
El tema de la portería parece resuelto. Malagón tuvo cero culpa en las anotaciones y hasta salvó cualquier cantidad de ellas. Imagínate que las Chivas son un equipo históricamente falto de puntería, y que Luis Ángel haya sido figura, habla de lo terrible que es la defensa Azulcrema.
Del cinturón defensivo se ha dicho todo, pero como en Coapa hay que decir las cosas trescientas veces para que entiendan, aquí va de nuevo:
Lateral Derecha: Layún debe seguir su carrera en otra parte, por salud mental de todos. Emilio Lara es una gran mentira que también debe ir a otro sitio.
Lateral Izquierda: Gracias por todo a Lucho, pero es hora de separar caminos. Falta un refuerzo por aquí.
Central Derecha: Israel Reyes NO ES CENTRAL, ¡CARAJO!, ¿QUE NO VEÍAN LOS PARTIDOS DE PUEBLA? Néstor Araujo resultó otra mentira, muy por debajo de lo esperable de un “Seleccionado Nacional”. Terminó siendo banca de un tipo que ni juega la posición.
Central Izquierda: Cáceres siempre es un volado. Da partidazos cuando nadie le mira y apenas llama la atención, vuelve a las andadas. Por cierto, el resbalón fue por el estado de la cancha, tampoco hay que achacarle todo, hay que evitar la simpleza en los juicios.
Es decir, no tenemos defensa. El América se encargó de vender a Pablito, Goltz, Bruno y Aguilera, tipos que, en su momento, eran férreos, y aunque algunos dieron más alegrías que otros, eran tipos con presencia y liderazgo. Varios de ellos, aportaban goles de vez en cuando.
Al centro del campo tuvimos a Richard quien, raro, pero dio un partido nefasto. Es otro que juega cuando quiere. Es la definición perfecta de gitano. Junto a él estuvo el sobrevalorado Fidalgo. Y por sobrevalorado, entiéndase como un tipo cumplidor, pero que jamás le recordamos un partido bestial de liguilla en el que marque diferencia real. Teniendo el América una racha grande sin expulsiones, resulta que se le ocurre tirarse una plancha espectacular que le valió la roja. Ah, pero eso sí, “siempre da la cara”. ¿Eso qué? Que juegue al fútbol y haga algo.
Le pedían a Diego que apareciera en semifinales y lo hizo con asistencia en la ida y gol en la vuelta. Esta es una lección para los que creen que los jugadores ganan o pierden solos. El fútbol es un juego de conjunto en el que se necesita que los atacantes anoten y los defensores protejan. Es imposible subsistir los unos sin los otros.
Del resto, a veces sí y a veces no. Son nuestros gitanos, da igual si responden al nombre de Zendejas, Suárez, Rodríguez, el otro Rodríguez, Martínez o quien sea.
Y adelante, Henry. El goleador del certamen se quedó sin anotaciones, pero, no le culparía. Tuvo pocas chances para rematar, además de que físicamente estuvo con problemas toda la liguilla. Lo que sí necesita, es un compañero que no sea el horrendo Viñas.
Se podrían escribir ríos de tinta, pero la realidad no cambia:
- Dueño indolente que “está enojado”, “tomará cartas en el asunto”, “vienen cambios fuertes” y al final es pan con lo mismo.
- Directiva sin visión que contrata jugadores por moda sin atender necesidades reales.
- Técnico sin experiencia para dirigir al América.
- Plantel de jugadores sin sangre.
El América continuará como el campeón de las estadísticas inútiles:
- El de menos tarjetas en mil años
- El de más puntos del año
- El del campeón de goleo
- El que más exporta
- El que más rating da
Porque para levantar un título que sí valga, va a pasar mucho tiempo.
Sin cambios no hay paraíso.
Los Zendejearon bien, y bonito.