
El torneo terminó de forma prematura para las Águilas y toca hacer una última evaluación sobre quién estuvo bien, quién quedó a deber y quién podría estar mejor en otro equipo.
Fue un semestre rocoso, lleno de adversidades que de alguna u otra forma terminaron por afectar el funcionamiento y es por ello que algunos considerados estelares quedaron con un rendimiento general por debajo de lo esperado.
A ver qué te parece.
RENDIMIENTO SEMESTRAL

AGUSTÍN MARCHESÍN
Difícil inicio de torneo con aquellos disparos que iban al ángulo. No bajó los brazos y fue pieza clave para tener alguna aspiración a liguilla conforme el torneo fue madurando.

BRUNO VALDEZ
Demostró su valía cuando volvió a la central. Fue el aliado más importante de Marchesín para cuidar la portería y sin duda merece el reconocimiento como el mejor central azulcrema del semestre.

EDSON ÁLVAREZ
Ha venido a menos. El habilitarle de lateral durante medio torneo cobró factura que luego no se vio tan cómodo como central. Es joven aún y conforme dejen de improvisarle posiciones volverá a ser el mismo que sorprendió en su primer torneo.

ERIK PIMENTEL
Jugó poco y fue de menos a más. Cuando mejor estaba volvió al banco para habilitar a Mares de tercer central. Manías que tienen los técnicos. Tendría que haber finalizado el torneo.

GIL BURÓN
Ya pasó la edad para considerarle un novato. Juega poco y no destaca ni adelante ni atrás. Ofrece enjundia pero para jugar en Coapa se necesita algo más. Enjundia tenemos suficiente.

MIGUEL SAMUDIO
Quizá su peor torneo como águila. Entre lesiones y que su rendimiento (especialmente en defensa) vino a menos tenemos un jugador que dista de ser la solución por izquierda.

OSMAR MARES
Partamos de la idea de que es todo lucha y entrega. No vamos a evaluarle como si fuera un lateral brasileño que tira asistencias partido tras partido. Le han usado de comodín (lateral, central, volante) y lo ha hecho lo mejor que ha podido. A la ofensiva fue más que Samudio.

PAOLO GOLTZ
No había empezado con la solidez defensiva que le caracteriza pero su nivel estaba a la alza cuando apareció la última lesión que lo marginó de la recta final del torneo. Hizo falta para ayudar a Bruno y Marchesín.

PABLO AGUILAR
Un torneo para el olvido. El incidente con el árbitro le hizo perder la mitad del torneo que termino siendo costoso. Entre las lesiones de Samudio y Goltz se le necesitaba más que nunca y su ausencia dejó la defensa a la deriva.

PAUL AGUILAR
Un regreso esperado por sus fans. Evidentemente no fue solución por derecha. Salvo aquel partido donde asistió a Oribe (que anotó de taco pero fue invalidado) no se le vio como jugador clave al ataque. Se suponía que sobre él caía la responsabilidad de ofrecer algo de luz por derecha tras la lesión de Ibarra pero fue exactamente lo mismo que antes de su lesión: nada.

CARLOS ROSEL
Jugó poco y nunca dio argumentos para darle más minutos. Debió trabajar más para ganar esa banda que mucha competencia no tenía. Es una decepción considerando que había dejado buenas impresiones en sus primeros duelos hace poco más de un año.

JAVIER GÜEMEZ
223 minutos repartidos en 8 partidos. Decepción absoluta. Algo pasó en el quirófano que lo cambiaron. El Güémez de antes de la fuerte lesión empezaba a consolidarse y tras recuperarse no volvió a ser ni la mitad de lo que era. Quizá es tiempo de buscar nuevos aires.

DANIEL GUERRERO
Un caso parecido a Mares. Le cambian la posición casi cada partido. Es difícil afianzarse jugando en lugares radicalmente distintos pero fue de los que mejor desempeño tuvo en general considerando las circunstancias. Recordemos: él es contención y casi no ha jugado ahí. Desde que llegó William ha sido relegado a donde se necesite cubrir un lugar.

MANUEL PÉREZ
Pocas presencias en el campo y la mayoría intrascendentes. Sin embargo, su desenlace con tintes hollywoodenses ante Pachuca sembró algo de duda: ¿y si funciona mejor por el centro que las bandas? Su par de goles no los hace un “tronco”.

RENATO IBARRA
La difícil vida sin Ibarra. Es uno de los dos jugadores más verticales del equipo y el mejor para centrar. Su baja fue el último clavo al ataúd. La derecha quedó huérfana y el torneo se hizo largo y tedioso sin su presencia.

WILLIAM DA SILVA
Un jugador desesperante. En primera, no es contención. Ese puesto lo inventó Ambriz y La Volpe le dio continuidad a pesar de que nunca hubo un solo partido donde el brasileño fuese la figura en el medio. No puede ser más el centrocampista de las Águilas. En segunda, ¿qué posición juega? en Querétaro era atacante. Ahora no se sabe dónde podría rendir mejor.

CECILIO DOMÍNGUEZ
Seis partidos, tres goles. La baja más sensible de todas. Pintaba para ser el motor ofensivo y una recaída del hombro terminó por sepultar el poder al ataque.

DARWIN QUINTERO
Situación caótica la del colombiano. No se le encontró acomodo y debió permanecer un semestre más. Nunca se vio cómodo en la cancha aunado al problema de salud que sufrió dieron como resultado un semestre nefasto en lo futbolístico. No parece que haya forma de continuar en la institución.

DIEGO LAINEZ
La mejor sorpresa en mucho tiempo. Hizo lo que otros experimentados no pudieron: dar profundidad por los costados. Ya sea por derecha o por izquierda, siempre fue hacia el frente. Tiene potencia y una zurda que promete. Es increíble que solo tenga dieciséis años.

MICHAEL ARROYO
Decepción por donde se le mire. Vive en descontento eterno porque no le consideran titular indiscutible. Viendo sus prestaciones podemos darnos cuenta porque ningún técnico le toma en serio. Juega cuando quiere y sus fintas empiezan a ser predecibles. Su cuota goleadora fue raquítica: un mísero gol ante Toluca (fecha 1) de penal.

ORIBE PERALTA
Si bien técnicamente deja mucho que desear porque para nada es un jugador fino, fue de los pocos que sacó el carácter. Jugó cualquier cantidad de posiciones, siempre con buena disposición e hizo los goles suficientes para que pudiésemos aspirar a liguilla que sin ellos hubiéramos sido eliminados con un mes de anticipación. Es una pena que nadie más haya colaborado con la causa.

SILVIO ROMERO
Decepción total. Los diez goles de la campaña anterior auguraban su confirmación como el centro delantero titular pero no encontró su lugar en la cancha. Las lesiones de Renato (su principal socio) y Cecilio terminaron por dejarle de náufrago al ataque. La ansiedad empezó a envolverle y al final quería rematar de cualquier forma.
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¿Coincides con las calificaciones semestrales? ¿Alguno merecía algo de mejor suerte? ¿Alguno peor? ¿Merecían alguna calificación gente como Paredes que jugó un par de minutos? Cuéntanos en los comentarios.
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