¿Miedo a los nombres?

¿Volverán a llegar jugadores de este calibre?

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¿Volverán a llegar jugadores de este calibre?
¿Volverán a llegar jugadores de este calibre?

El tiempo continúa su marcha mientras cada torneo nos quedamos con las ganas de tener un jugador de élite en el Club América. Tal parece que el miedo se ha apoderado de los los directivos azulcremas al momento de elegir jugadores como refuerzos.

Se entiende de cierta forma que tras los fracasos rotundos de Lucas Castromán, Federico Insúa, Sebastián Domínguez y Daniel Montenegro (curiosamente, todos ellos argentinos) que llegaron con bombo y platillo al Club América, los encargados de tomar las decisiones hayan optado por “hombres” en lugar de “nombres”. Ninguna empresa gusta de regalar el dinero y el equipo americanista no es la excepción en este rubro.

El problema radica en que estos jugadores parecen ser de los considerandos “cracks”. Grave error. Es imposible meter en la misma caja a los cuatro nombrados anteriormente con otros como Óscar “Cabezón” Ruggeri, François Omam Biyik, Iván “Bam Bam” Zamorano y Claudio Javier “Piojo” López. Jugadores realmente profesionales quienes llegaron a Coapa como figuras y respondieron como tales.

Muchos de los jugadores de “nombre” que han fracasado en Coapa en los últimos años, no han sido estrellas mundiales. Generalmente, vienen sobrevalorados y tristemente, se pagan fortunas por ellos cuando su nivel está muy debajo de lo que cobran.

Es justo esta clase de futbolistas con los que se debe tener cuidado. Son los que han impedido mejores contrataciones con las Águilas. Esos jugadores que aparentan tener calidad pero que en realidad no han hecho nada trascendente son los que otorgan mala fama a los “jugadores con nombre”.

Estimado lector, ¿usted cree que Diego Forlán, Pablo Aimar o incluso Ronaldinho (ahora que estuvo en Brasil) eran inalcanzables para las Águilas? Yo estoy seguro de que no. Sin embargo, la política de jugadores de “perfil bajo” que comenzó tras la salida de Michel Bauer como presidente, parece no tener fin.

Nunca hay que olvidar que la calidad cuesta. Basta recordar a Christian “Chucho” Benítez por quien se pagó una fortuna. Tuvo un comienzo difícil, sí, al igual que Zamorano y López, pero al final, la calidad se impuso y un trofeo de campeón se añadió a las vitrinas de Coapa. ¿Casualidad? No creo.

Soy un convencido de que la falta de calidad en momentos cruciales fue la que impidió al América de Miguel Herrera conseguir títulos por racimos. Al momento importante, casi siempre faltó el mediocampista que filtrara un balón definitivo, un defensor central que no se distrajera en el peor momento posible o un delantero que estuviera cuando más se le necesitara.

Con esto, no quiero decir que todo jugador “con nombre” es la solución. Más bien, siempre se estará más cerca de lograr cosas importantes cuando tienes calidad en tus filas.

Directivos americanistas: hay que dejar de vivir con miedo a las contrataciones de jugadores élite. No se puede estar por siempre con el pretexto de que por cuatro argentinos de “nombre” fracasaron en el Club América se da por cerrado el tema.

América es el equipo más grande que tiene este país y siempre deberá contar en sus filas con algún jugador de élite. En lugar de comprar jugadores con “cartel” directo de Sudamérica, se debe ir por los que hayan triunfado en Europa en mayor o menor medida y hacer un esfuerzo para traerlos a Coapa. De lo contrario, seguiremos ganando algún título ocasional y quedándonos en la orilla muchas veces por el miedo de no dar el salto de calidad en nuestras líneas.

 

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