Tardes Mágicas: Cuauhtémoc y un “gato”

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El Invierno 1998 fue un torneo muy difícil para el Americanismo, donde nos quedamos fuera de la Liguilla, perdiendo de manera estrepitosa en la última fecha de la campaña regular ante los Toros del Celaya.

Quizá lo único rescatable de este campeonato fue la actuación del Señor Gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, que obtuvo el título de goleo individual con 16 anotaciones, la última de ellas, una joya, ante el rival un rival de la ciudada de Guadalajara: los Rojinegros del Atlas.

Aun con la esperanza de meternos a la Liguilla, el viernes 13 de noviembre recibimos la visita de los Zorros, dirigidos por La Volpe.

Atlas se encaminaba a clasificar con un fútbol vistoso y jugadores de gran calidad como Rafa Márquez, el Chato Rodríguez, Daniel Osorno y un hombre inolvidable para nuestra historia: el Misionero Castillo.

También tenían un defensa cumplidor, que siempre contó con un lugar en las alineaciones titulares de los equipos en los que jugó: Héctor López, con quien el gran ídolo Americanista de los 90 no tenía una buena relación… López viviría uno de los momentos más humillantes para un zaguero en la historia del fútbol mexicano.

Nuestro equipo se fue al frente a los 27 minutos cuando de manera increíble Beto García Aspe, distinguido siempre por pegarle con un tubo, rebanó la pelota de manera espantosa, pero con suerte, le cayó el rebote a Cristian Torres, que la mandó al fondo.

Para el minuto 37, Braulio Luna, de gran manera cobró un tiro libre y nos daba la ventaja 2-0.

En la parte complementaria, Osorno, a los tres minutos, con un gran disparo, acercaba al equipo tapatío.

El Atlas fue a atacar con todo, al estilo de esos Zorros de finales de los 90, poniendo en riesgo el triunfo de nuestro equipo, dirigido en ese entonces por el Maestro Carlos Reinoso, en su segunda etapa como estratega del equipo de sus amores.

Una acción entre los argentinos Falero y Lagorio, estuvo a punto de darle el empate a los atlistas, pero el balón dio en el poste.

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Antes de su jugada maestra, el Cuau estuvo a punto de lograr su gol 16 del torneo, pero el balón pasó muy cerca de la meta de Mizrahi.

Pero llegó el minuto 90, Héctor López tenía la pelota en la mitad del campo, y apareció el grandioso número 10 para robarle el balón, Cuauhtémoc siguió avanzando, se metió al área, se quitó al portero Issac Mizrahi, se fue a línea de fondo, tal vez pudo intentar definir después de sacar al guardameta, pero el Cuau tenía cuentas pendientes con López, así que tenía la oportunidad perfecta para humillarlo: se lo quitó de encima como los grandes toreros, lo dejó barriéndose y, ya con la portería sola, nada más la tocó para guardarla. AMÉRICA 3, ATLAS 1.

Fue la última anotación para el campeón de goleo en la temporada

Lo arrastré como lo que es, un gato; lo dejé como un perro, me gusta demostrar lo que soy dentro de la cancha y no hablar fuera de ella, como él”, dijo Blanco después del encuentro, el cual, terminó con conato de bronca, pero nada pasó a mayores.

En la Pre-Libertadores del siguiente año, Cuau se volvería a ver las caras con el Atlas… ahora para cobrar cuentas con otro personaje, pero de eso hablaremos en otra ocasión.

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