La televisión está en decadencia desde hace años. El internet llegó para ponerle el último clavo al ataúd al que fuera uno de los medios de comunicación de mayor importancia el siglo pasado en duelo a muerte con la radio.
Sin embargo, el fútbol que nos encanta sigue preso de la misma fórmula con la que lo conocimos todos: pegados al televisor escuchando al narrador que con el tiempo terminó acompañándose de un analista hasta la época moderna donde un convoy de . . .
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