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El Club América no es extraño a los partidos internacionales, desde su fundación, los otrora cremas saben lo que es jugar contra equipos de otros países. De hecho, fue el primer representativo mexicano en jugar en tierras extranjeras, pero esa es historia para otro momento. Hoy, hablaremos de la primera vez que los Azulcremas se vieron las caras contra un gigante del fútbol mundial, el Barcelona de España.
En el ya lejano año de 1937, un 20 de junio para ser exactos, se dio el primer encuentro entre el América y el Barcelona. Esto, durante la gira norteamericana o “salvadora”, como más tarde sería reconocida por la historia, que realizó el equipo catalán en 1937, lo anterior, en el marco de la terrible Guerra Civil Española.
Sin embargo, para llegar a lo acontecido en ese verano, tenemos que remontarnos un año antes, cuando Josep Suñol, político catalán y presidente del club, fue detenido y fusilado por las fuerzas franquistas. Esto provocó que la junta directiva creara un comité con la intención de manejar la institución en el tiempo de crisis; a la cabeza de este grupo estaba Rossend Calvet, un exdeportista y funcionario del club.
Conforme avanzó la Guerra Civil, la situación económica del club entró en un estado crítico. En este contexto, del portero José Iborra surge la propuesta de realizar una gira internacional, idea surgida de un buen amigo del arquero, Manuel Mas Serrano, un ex juador del equipo de béisbol de la institución catalana y empresario que en esos momentos residía en México. La propuesta consistía en una serie de juegos en territorio mexicano a cambio de $14,000 dólares, que en eso momento serían oro puro para la institución, y a lo que Calvet aceptó en vista de la situación en la que se encontraban.
Después de un trayecto peligroso a la frontera francesa, el 24 de mayo, el Barcelona zarpó hacia tierras aztecas, trayecto que concluiría el 8 de junio cuando llegaron al puerto de Veracruz (curiosamente, un día después de que lo hicieran los Niños de Morelia).
Posteriormente, el cuadro catalán fue recibido en la Ciudad de México por una comitiva de todos los equipos que en aquel entonces formaban parte de la Liga Mayor. El grupo de visitantes estaba conformado por Rossend Cavell, el director técnico Irlandés Patrick O’Conell y los jugadores Iborra, Pedrol, Gual, De los Heros “Tache”, Ventolra, García, Escola, Zabalo, Urquiaga, Barna, Argemi, Balmanya, Pedrol, Argemi y Pages.
Mientras tanto, América, que en ese entonces era dirigido por su fundador e ícono Rafael Garza Gutiérrez “Récord”, anunciaba tres refuerzos para este encuentro (algo común en esta época) y que resultarían vitales para el desempeño del equipo Azulcrema: Rafael Navarro “El Portero de Goma”, Luis García Cortina, procedente del Real Club España, y Vicente “Chamaco” García, parte del campeonísimo de los Once Hermanos del Necaxa.
El equipo Azulcrema era el encargado ser el primer anfitrión del Barcelona y para ello se habían preparado intensamente todo el mes previo al partido, todo esto había generado tal expectativa que el público capitalino había agotado las entradas y en los diarios se vaticinaba un lleno total en el Parque España, entonces catedral del fútbol mexicano.
Continuará…
Artículo generado con información cortesía de Archivo Azulcrema. Agradecemos su valiosa participación.
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