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Las Águilas decidieron no arriesgar el marcador y pulverizaron a los Pumas de la UNAM por escandaloso marcador de 6-1 en la cancha del Azteca.
Los últimos partidos dejaban duda sobre el posible accionar Águila para la vuelta, sin embargo, el recital azulcrema comenzó desde temprano y no terminó hasta que el colegiado terminó con la agonía auriazul.
Herrera volvió a modificar. Regresó a línea de 4, colocó a Joe Benny junto a Guido. Adelantó a Mateus y atacó por las bandas con Ibarra y Láinez. Solitario salió Roger, como debe ser.
El resultado fue una mezcla entre la novatez de Patiño y Pumas contra el resurgimiento del ataque azulcrema para semejante devastación. Esperemos que los del Pedregal entiendan que en ningún universo van a ser favoritos sobre las Águilas. Esta es la diferencia entre un equipo grande que vive exigido cada día y los aspirantes a ser alguien en el fútbol mexicano.
No resta más que felicitar a los muchachos por semejante alegría que llenará otra página en la gloriosa historia de este club. Toca culminar la obra el próximo Domingo ante otro acérrimo rival.
Es momento de tregua. Quedó atrás lo que no se hizo antes. Lo único que importa, es traer ese trofeo a Coapa, donde pertenece.
PRIMER TIEMPO
El cielo se tiñó de amarillo desde temprano. El Jorge Sánchez que nos gusta ver cruzó a terreno enemigo, abrió para Ibarra quien condujo y metió disparo por abajo que parecía controlable. Sin embargo, Saldívar atacó de fea forma y terminó sacándola del fondo de las redes al 9’.
El cronómetro siguió su marcha pero el desequilibrio de fuerzas tardó en manifestarse debido al ímpetu universitario que buscó recortar distancias lo antes posible. Carlos González lo consiguió al 23’ tras cabecear pegado al poste a centro de Barrera y poner 2-2 el global.
La serie comenzó a desnivelarse al 29’. Bruno Valdez continuó en plan goleador y con sólido remate a centro de Uribe liquidó a Saldívar y puso cuesta arriba la serie para UNAM.
Pumas se desmoronó al 36’. Roger Martínez presionó la salida del arquero Saldívar quien dejó el balón a Ibarra que esperó el momento justo para centrar a Roger quien de tijera la mandó al fondo. Algarabía total, final a la vista.
América continuó los embates sobre la portería visitante pero el marcador no se movió.
SEGUNDO TIEMPO
Guido Rodríguez puso un clavo más al ataúd a los dos minutos del reinicio. La jugada nació desde la esquina aunque el centro a baja altura parecía no llevar mayor dificultad. Sin embargo, la esférica cayó al argentino quien de brutal media vuelta sacó un rayo imposible para Saldívar y empezó a darle forma más escandalosa al marcador.
Láinez aprovechó el desconcierto auriazul y firmó el quinto al 50’. El desarrollo comenzó por derecha con Mateus abriendo para Ibarra que fue inalcanzable y puso medio gol a Diego quien cerró la pinza y sacudió las redes una vez mas.
Al 53’ se fue Mateus y entró Oribe. El 62’ vio el ingreso de Cecilio a cambio de Ibarra. El partido estaba definido desde hacía tiempo y no estaba de más darle minutos al capitán y al paraguayo a ver si se unían a la fiesta.
Oribe no controló de buena manera al 68’ y perdió la oportunidad. Un minuto después, Saldívar prolongó su mala noche al derribar a Roger Martínez cuando el colombiano no tenía oportunidad de darse la vuelta.
Aguilera se puso tras la esférica y al 69’ marcó la sexta anotación con fuerte disparo por el medio.
Luis Reyes cerró los cambios al 74’ a cambio de Valdez. Pumas mostró la clase de equipo que es. Barrera lanzó codazo a Láinez que le valió la amarilla y al 80’ se quedaron con diez tras la patada de un pésimo perdedor como Alan Mozo sobre el juvenil azulcrema.
La historia se había contado desde temprano por lo que el árbitro lo finalizó al 90’ en una de las peores palizas que se recuerden en liguillas del fútbol mexicano.
#6oyaSeEscribeCon6
ESTADÍSTICA
RENDIMIENTO
AGUSTÍN MARCHESÍN
Le sorprendió el cabezazo de González. El resto fue un día de campo que tras el desmoronamiento universitario no se requirió intervención adicional.
PAUL AGUILAR
Atrás no pasó dificultades ante los cada vez más tímidos intentos universitarios. Hacia el frente lució poco que Ibarra no necesitó ayuda para ganar las carreras.
BRUNO VALDEZ
Liguilla monstruosa. Su oportuna anotación terminó con todo atisbo de reacción felina. Su juego aéreo es implacable. El duelo ante Pablito será de alto voltaje.
EMANUEL AGUILERA
Poco trabajo atrás pero pateó con autoridad el tiro de pena máxima. Tambien intentó de tiro libre pero no hubo tanta suerte.
JORGE SÁNCHEZ
Mostró el camino a la gloria con toque para Ibarra que terminó con la primera y más importante anotación. Vaya revelación del torneo.
GUIDO RODRÍGUEZ
Mega capo. No solo recupera y distribuye desde la contención, si no que además, tiene un cañón en la pierna. Su gol fue de manufactura fina.
JOE BENNY CORONA
Un caso curioso. En liguilla jugó los minutos que no tuvo en torneo regular. Ahora fue inicialista y no desentonó, pues tiene fuelle físico para no perder en velocidad. Auxilió a Sánchez para contener a Barrera.
MATEUS URIBE
Mejor que entre semana. Sus tiros de esquina fueron letales que derivaron en doble anotación mas aquel balón filtrado a Ibarra para el quinto. La clave está en no hacerlo defender demasiado.
RENATO IBARRA
Volvió a ser el Ibarra que gusta. Sus carreras fueron veneno por derecha. Hizo el primero, sirvió a Roger para el tercero y habilitó a Láinez para el penúltimo de la noche. Que mantenga este ritmo para la final.
DIEGO LAINEZ
Pesadilla para UNAM. Nunca supieron contenerle y al final le agredieron con cobardía, normal en Pumas. Marcó en la ida y en la vuelta. Este chico tiene que jugar siempre. Y disfrutémosle en lo que llega un europeo con sacos de dólares.
ROGER MARTÍNEZ
Redención. Pifió a media semana pero recuperó con la presión sobre Saldívar y posterior tijera que fue necesaria para anticipar al defensor. Necesitaba la confianza de vuelta de cara a la final.
SUSTITUCIONES
ORIBE PERALTA
Participación casi anecdótica. Tuvo alguna chance de marcar pero el control no fue adecuado.
CECILIO DOMÍNGUEZ
Entró con la misión de seguir haciendo trizas pero mas allá de intentos de desborde no generó emociones de cara al arco rival.
LUIS REYES
El cambio de debió más a la necesidad de cuidar al goleador Bruno que porque fuera necesario reforzar la defensa.
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