El América pudo haber tenido otras diez semanas de descanso y su nefasto fútbol hubiera permanecido igual. Un equipo mezquino, ratonero y falto de ideas empató a cero en el duelo de ida ante UNAM.
Confieso que mi Solarismo está tocado. Es cierto que había que aprender de la liguilla anterior y que el temor de otro papelón al igual que en la final de Concachampions estaba presente en jugadores y técnico. Pero de eso a ofrecer un recital de corretear el balón porque nadie . . .
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