Sin táctica no hay gloria: América eliminado ante Monterrey

Cosas que solo a nosotros nos pasan. Episodio 1352

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Cosas que solo a nosotros nos pasan. Episodio 1352
Cosas que solo a nosotros nos pasan. Episodio 1352

Sería sencillo señalar a Roberto García Orozco como el gran villano de esta película.

Pero no. América cayó eliminado porque no fue mejor que Monterrey. Las Águilas estuvieron tres veces en la final pero nunca encontraron la fórmula para mantener la ventaja y eso se pagó caro ante el mejor ataque de la liga.

Así que sin demasiado que hacer ya, despidamos el torneo haciendo un recuento de los daños.

EL PARTIDO

Rayados inició como un huracán categoría cinco. Salieron a destruir todo a su paso desde el silbatazo inicial. Los nuestros solo veían pasar a Cardona, Sánchez y Pabón.

La lesión de Zavala les quedó aún mejor. Entró Neri Cardozo y de pronto había que contener a un quinteto que juega por nota.

Cardona fue el primero en pegar. Técnicamente no hay mejor jugador que él en la liga. Colocó la pelota entre tres defensores pegada al poste e hizo cantar al BBVA como nunca. Pocas veces se ha sentido un ambiente hostil como en ese momento.

Sánchez fue indescifrable y puso el segundo para Funes Mori. Se vislumbraba nuestro fin, no tanto por el marcador sino por el tema anímico. No es fácil revivir de un dos por cero con cincuenta mil almas en tu contra.

Pero apareció el que se transforma en liguilla para devolvernos la vida. Arroyo cobró de tiro libre e hizo gritar a medio país con otro gol mágico.

Parecía que se controlaría el juego pero en un abrir y cerrar de ojos salió un misil del uruguayo Sánchez que puso el tres por uno. Una jugada de vértigo. La realidad es que la velocidad a la que jugaron los atacantes de Rayados fue inalcanzable y este gol fue el primer clavo a nuestro ataúd.

Sin embargo, Miky tenía otros planes. Le dieron otra oportunidad y facturó por encima de la barrera. Nos volvimos todos locos y lo gritamos a los cuatro vientos. Final, ¡allá vamos! Miky, ¡no te mueras nunca!

Pero como cada temporada, nos tocó otro capítulo de nuestra serie “COSAS QUE SOLO A NOSOTROS NOS PASAN”. Samudio se lanzó con el brazo extendido y García Orozco señaló penal antes de entrar al tiempo de descuento. La reiteración dejó mil dudas. Pareció que la esférica dio en el hombro y no en el brazo. Los once azulcremas querían desintegrar en polvo al árbitro. Goltz vió la roja. Cardona tiró pegado al poste y puso el tanto definitivo.

Salvo este torneo, siempre se le consideró a Martínez como un jugador tibio, de los que no reclama ni se mete en problemas. La ira debió ser demasiada para que incluso él perdiera la cordura y también se fuera expulsado.

No pasó nada en el tiempo agregado. Ya habíamos revivido en dos ocasiones y una tercera pintaba imposible, especialmente con dos menos y la frustración consumiendo a los nueve que quedaban en la cancha.

AMBRIZ

Me parece que Nacho es honesto y trabajador. La crítica se le hace como entrenador de fútbol y queda claro que no es técnico para el Club América.

Y como no se trata de ser «reventador» si no presentar argumentos, pongamos algunos sobre la mesa:

LOS CAMBIOS. ¿Por qué sacó a Darwin muy temprano en ambos partidos? Si lo que se está buscando es un latigazo, ¿por qué sacar al más veloz? Especialmente por Benedetto, un jugador que no anduvo toda la temporada y que hoy no iba a marcar diferencia.

¿Y sacar al Chepe? En ese momento solo necesitábamos un gol. Arroyo tenía que entrar por Andrade o Sambueza, no por el único que intentaba interponerse en el camino de Cardona y Sánchez.

EL PLAN. ¿Cuál fue? Iniciamos 1-0 en el global. Había que jugar con la necesidad de Rayados, hacer que el corriera el reloj y conseguir su desesperación. Pero no, el balón se les cedió desde el primer minuto en el sentido de que se optó por aguantar y repeler en lugar de tratar de tener la pelota y hacer que la persiguieran. La prioridad era la misma que en el duelo de ida: acumular gente al medio para que no transitaran con facilidad.

Y a pesar de todo, Arroyo maquilló las carencias en la táctica y nos puso en la final. ¿Y qué hicimos nosotros? No supimos si defender, si atacar, o a qué jugar. Si Monterrey logró que se señalara un penal es porque llegó a línea de fondo cada vez que quiso. Si no era en esa, quizá en la próxima o la próxima considerando que restaban ocho mas descuento que es una eternidad en el fútbol.

Entonces, si no podemos poner un plan ni podemos ajustar sobre la marcha, ¿qué argumentos hay para sostener a un entrenador así?

¿Ganar la Concachampions? Ese torneo se gana dirigiendo al equipo por teléfono.

LOS JUGADORES

Tampoco vamos a iniciar una cacería de brujas.

¿Es Andrade mejor que Sánchez? No.

¿Es Martínez mejor que Gargano? Sí.

¿Es Sambueza mejor que Cardona? No.

¿Es Darwin mejor que Dorlan? No.

¿Es Oribe mejor que Funes Mori? Debatible.

No estoy diciendo que los nuestros sean indignos del club. Los nuestros son de nivel 7-8 y ellos de 9-10.

Nosotros dominamos en el Azteca y nos alcanzó para uno. Ellos dominaron en su casa e hicieron cuatro.

Monterrey tiene mejor calidad entre sus filas. Tiene jugadores caros que hacen paredes, triangulaciones y se buscan en todo momento. Los nuestros no. No juegan a esa velocidad ni se buscan a ese nivel.

A nosotros nos alcanza para superar a 13 o 14 equipos, pero los norteños se han vuelto complicados a raíz de abrir la chequera de manera inteligente.

Ahora bien, también podemos señalar que nuestro más talentoso jugador no estuvo a la altura. Hablo de Sambueza. No es que se haya perdido por él, pero es en estos partidos donde hay que aparecer como el gran líder. Estuvo más preocupado porque no lo amonestaran que por ponerse a jugar.

Era vital que retuviera el balón e iniciara a desesperar a los rivales como ha hecho en otras ocasiones, pero no. No pasó nada con el catorce. Volvió a desaparecer en liguilla. Habrá quien piense que “no hay nada que recriminarle” porque “nos ha dado mucho” y es libre de hacerlo. Solo he de añadir que las leyendas se forjan en partidos de alto voltaje, no en el torneo regular.

El fútbol es trabajo en equipo. No tengo duda de que todos lucharon hasta el final. Pero los rivales también lucharon y cuando se tiene paridad en intensidad, la calidad sale a flote y no cabe duda de que hoy en día, hay mas calidad del otro lado.

COMENTARIO FINAL

Otra vez nos quedamos con el sabor amargo de la derrota.

Tampoco hay que hacerse ilusiones con un posible cambio de timonel. Peláez ha dicho que se queda Ambriz y que irá por 2 refuerzos.

Los resultados en épocas recientes dirán que llevamos cualquier cantidad de liguillas en la era Peláez. También dirán que somos bicampeones de Concachampions.

Vender caras las derrotas es muy emotivo y deja cierto orgullo de ver como se respeta la playera azulcrema. La realidad es que en América lo único que interesa es el título de liga. No ganarlo siempre será fracaso.

Sobre todo si vamos a insistir con la misma fórmula que lentamente va perdiendo eficacia. América necesita abrir la cartera y pegar un salto de calidad en algunas líneas si quiere seguir siendo contendiente al título. De lo contrario, se estará debajo de los que sí invierten como los equipos de Nuevo León.

Ojalá los de arriba entiendan pronto que sumar calidad a las líneas y dirección técnica es imperativo si se pretende seguir buscando títulos.

Basta de eliminaciones “con la cara al sol”, basta de presumir el ser primeros de la porcentual o haber calificado durante cinco años seguidos.

Somos América y aquí la grandeza se presume añadiendo trofeos a las vitrinas.

Nada mas.

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